Corsos, murgas, máscaras venecianas. Estas cosas pueden ser muy dispares entre sí, pero todas tienen algo en común: su auge se encuentra en el mes de febrero, época en la cual la magia del Carnaval inunda las calles.
Ahora bien, ¿Cómo se crearon todas estas costumbres? ¿Quién fue el responsable de crear esta festividad? Existen varias teorías al respecto, pero lo cierto es que todo parece nacer a partir de un evento en el que la alegría se impone por sobre las formalidades, y la diversión predomina en el ambiente.
Si nos preguntamos cuál es el origen del Carnaval, el mismo suele ser ubicado hace alrededor de 5000 años. Por un lado algunos los sitúan en el Imperio Romano y lo relacionan con unas festividades en honor al dios Saturno, a las que se las denomina Saturnales.
Por otro lado, otras teorías aseguran que el nacimiento de esta festividad se encuentra en Grecia, ya que allí se celebraban fiestas similares para venerar a Dionisio y otros dioses. De hecho, dentro de su mitología se encuentra la figura del dios de la burla y el sarcasmo, Momo, que podría ser relacionado con el personaje central de las festividades en América Latina. En este territorio, quien es coronado como el Rey Momo es premiado con las llaves de la ciudad.
En cuanto a lo etimológico, se dice que la palabra Carnaval viene de la expresión “carnem levare”, que significaría “quitar la carne”. Está relacionado con la época en la que se realiza la celebración, ya que tiene lugar días antes del Miércoles de Ceniza, según la tradición católica. Este representa el comienzo de la cuaresma, un período de abstinencia y ayuno antes del domingo de resurrección. Así, el carnaval se constituiría como un festejo para satisfacer las necesidades de la carne, antes de dedicar la mente y el alma a lo espiritual.
Lo cierto es que esta celebración suele ser un espacio en donde todo está permitido, por lo cual son moneda corriente los disfraces o las máscaras, como una forma de mantener el anonimato.
Sin ser considerada una festividad específicamente católica, la realidad es que la tradición del Carnaval está vigente en países que practican esta religión.
En España, por ejemplo, los festejos del Carnaval están documentados desde la Edad Media, aumentando su popularidad a partir del Renacimiento. Con la llegada del reinado de Carlos II, se volvieron tradicionales los bailes de máscaras para celebrar estas fechas. Hoy, los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife y de Cádiz son los más populares.
El Carnaval de Venecia, por otro lado, se constituye como uno de los más reconocidos a nivel mundial. Sus elegantes máscaras y sus tradicionales trajes son su principal distintivo. Su esplendor se remonta al siglo XIV, momento en el que la nobleza comenzó a aprovechar el anonimato otorgado por los disfraces para mezclarse con la población. Este año los festejos comenzaron el 12 de febrero y terminarán el martes 1 de marzo.
En América Latina, el Carnaval de Brasil es uno de los eventos más importantes del año. En Río de Janeiro, se desarrolla un festejo de dimensiones enormes, y ha sido considerado por el Libro de los Records Guinness como el mejor carnaval del mundo, llegando a tener más de 2 millones de asistentes. Samba y carros alegóricos son sus principales distintivos.
En Argentina el Carnaval se festeja en todo el territorio nacional. Si bien se realizan festejos desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, el centro neurálgico de la celebración suele ser el Litoral. Los corsos del Carnaval de Gualeguaychú son una postal perfecta para retratar esta época del año.
De esta manera, puede decirse que aunque haya algunas diferencias en la forma de festejar, y diversas teorías acerca de su origen, el Carnaval es una de las épocas más felices del año en muchos lugares del mundo.