La expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se presentó en el auditorio de la Universidad Nacional del Oeste (UNO) y exhibió su clase magistral «Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido», acompañada del rector de la Universidad, Roberto Gallo y el intendente del partido de Merlo, Gustavo Menéndez.
Al comienzo de su presentación, la exmandataria hizo referencia a la sanción de la «Ley de Presupuesto Universitario» que establece que el Poder Ejecutivo Nacional debe actualizar cada dos meses y por inflación tanto los salarios como los recursos para el funcionamiento de las casas de altos estudios.
Cristina resaltó que «desde distintos partidos políticos votaron el financiamiento educativo con 56 votos, muy holgadamente». De esta manera, saludó «a los senadores y senadoras que anoche dieron sanción a la ley de financiamiento educativo».
«Cuando algunos mediocres han criticado las universidades del conurbano bonaerense es porque siempre han visto a las universidades desde el espejo retrovisor y no han comprendido las realidades», resaltó la política y explicitó que «si la educación argentina hubiera podido llegar a todos los rincones, en historia y formación, estas cosas no podrían estar pasando, no podría venir un lunático a decirnos cosas que no sucedieron, que son mentira y que no existen».
En su discurso, Cristina fue concisa y apuntó directamente contra el plan económico de la gestión gubernamental actual. «Ahora la inflación aumentó y le dio 4,2%, y él (Javier Milei) habla del rezago de la inflación de 18 a 24 meses, que me disculpe pero no tiene un plan de estabilización«, criticó Fernández. En este hilo, se refirió a que si bien el Nacional aumentó la AUH y la edad de la Tarjeta alimentar «los trabajadores en relación de dependencia perdieron parte de la AUH”, destacó.
«¿No era que la inflación era solo monetaria? Lárguelo Milton Friedman y a la escuela austriaca y cace el manual argentino y siéntese a administrar el país«, expresó Cristina, una de las frases más contundentes del discurso. Al tiempo, CFK le dio una clase de como ser buen presidente: «Las palabras de un presidente no pueden contener violencia simbólica o explicita, la palabra de un presidente tiene que ser sanadora y no violenta».
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