El bajo nivel de muertes y hospitalizaciones generadas por el SARS-Cov-2 en la Argentina es producto del plan de vacunación contra el Covid-19 desarrollado desde principios de 2021: más allá de esto, se piensa incorporar a las vacunas intranasales como una posible solución, teniendo en cuenta la alta cantidad de contagios que se producen debido a la variante Ómicron.
Hasta este momento las inoculaciones para combatir el coronavirus son todas intramusculares, es decir, se inyectan en el brazo. Las diferentes vacunas son la Sputnik V, Covishield/Astrazeneca, Sinopharm, Moderna, Cansino y Pfizer. Ahora se evalúa incorporar a las posibilidades de vacunación la vacuna intranasal, un aerosol o spray que se utiliza, por ejemplo, para enfermedades como la gripe.
Este tipo de tratamiento se nebuliza en la nariz para que se creen anticuerpos en la mucosa, que impedirán la infección en la zona, y bloquearán el acceso del virus a los pulmones.
En la reunión que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, mantuvo en Rusia con el director del Instituto Gamaleya, Alexander Gintsburg, y todo su equipo, se expusieron las investigaciones del instituto sobre las ventajas de combinar vacunas intramusculares con intranasales. La funcionaria definió esta posibilidad como “una estrategia para complementar en la nasofaringe la inmunidad que da la vacuna inyectable, con el objetivo de disminuir la posibilidad de infección por Ómicron”.